Hace mucho tiempo que no escribo.
Las palabras esperan escondidas
a tener forma.
Parecen espíritus que se desvanecen si son vistos de frente.
Seres que pueden ser intuidos.
En buhardillas secretas,
arracimadas, duermen la descripción
de un juego complicado, el sabor
de una tarta de chocolate, una conversación
con dos amigos que no he vuelto a ver.
En su escondite no existe el tiempo,
las palabras bailan
en raras combinaciones y dan
sentidos nuevos
a recuerdos viejos.
Bajo la ventana inclinada, las olas del mar en invierno.
Sentadas a la mesa, en reunión perfecta,
la despedida a una mascota,
un libro de cuentos antes de dormir,
el comienzo de una lluvia inesperada al salir del colegio.
Los pasos de las letras crean dibujos en el suelo de madera.
Siluetas y sombras en las paredes,
forman otras frases.
Las mismas palabras en distintas escenas.
En el sillón un columpio que se veía desde mi habitación.
Sobre la lámpara,
noches de otros años.
En buhardillas secretas, se muestran en sueños.
Hace treinta años. Hace unos minutos.
Prohibido llamar a la puerta.
Hace mucho tiempo que no escribo
y han salido las estrellas.
Pienso en esto, sentado
en una silla que hay fuera.
Me gusta esto:
Me gusta Cargando...