Eras casi de papel. Casi de piedra.
Eras huellas dactilares, sonrisa con forma de palabra o de tarea.
En orden cronológico, en sucesión confusa, eras.
Caminabas con prisa y tus pasos
eran recorrido de imágenes e ideas.
Te recuerdo a veces,
durante un instante eres
como un poema.