Buhardillas secretas

Hace mucho tiempo que no escribo.

Las palabras esperan escondidas

a tener forma.

Parecen espíritus que se desvanecen si son vistos de frente.

Seres que pueden ser intuidos.

En buhardillas secretas,

arracimadas, duermen la descripción

de un juego complicado, el sabor

de una tarta de chocolate, una conversación

con dos amigos que no he vuelto a ver.

En su escondite no existe el tiempo,

las palabras bailan

en raras combinaciones y dan

sentidos nuevos

a recuerdos viejos.

Bajo la ventana inclinada, las olas del mar en invierno.

Sentadas a la mesa, en reunión perfecta,

la despedida a una mascota,

un libro de cuentos antes de dormir,

el comienzo de una lluvia inesperada al salir del colegio.

Los pasos de las letras crean dibujos en el suelo de madera.

Siluetas y sombras en las paredes,

forman otras frases.

Las mismas palabras en distintas escenas.

En el sillón un columpio que se veía desde mi habitación.

Sobre la lámpara,

noches de otros años.

En buhardillas secretas, se muestran en sueños.

Hace treinta años. Hace unos minutos.

Prohibido llamar a la puerta.

Hace mucho tiempo que no escribo

y han salido las estrellas.

Pienso en esto, sentado

en una silla que hay fuera.

Casas encantadas

No te deseo ser como yo.
Tengo tendencia a perder a mis personas favoritas.
Sólo tengo sentido de la orientación metafórica
y escribo lo que no puedo decir en voz alta.
Olvido. Luego recuerdo durante poco tiempo.
Me hacen feliz cosas pequeñas, casi nimias. Me pierdo en las cosas importantes.
Me dan miedo mi infancia y la gente que grita.
A veces permanezco fuera de la realidad durante horas. A veces durante años.
Colecciono libros y los leo.
Una vez encontré un muñequito en la calle.
Era idéntico a uno que me regaló mi madre cuando era pequeño. (Uno que había perdido hacía mucho).
A veces pienso antes de hablar. No me ha servido de nada.
Doy vueltas y revueltas
y tengo todos los calcetines desparejados.
Por lo demás, doy buena conversación con una cerveza delante
y hoy he ido al cine.
No me parezco a nadie.
No seas como yo, pero si lo fueras
te encantarán los libros acerca de casas encantadas.