Han pasado muchos años
y sólo pido a la vida
que calmado me deje ir
para poder descansar,
desasirme
y desaparecer.
Déjame, te suplico, desandar
el desierto, volver a la cuna,
despierto, dormido,
salir de mi estúpida duda
que no se termina
en ninguna hora exacta
y que tengo que desmontar,
destrozar;
al menos describir.